Todo el mundo ama al underdog


Del Maracanazo al Leicester, pasando por Buster Douglas o la selección de Sudáfrica en el Mundial de rugby 1995, a veces la historia deportiva no la escriben los campeones habituales, sino sorprendentes ganadores

Decían en la película Amores perros que “también somos lo que hemos perdido”, pero hay perdedores recurrentes que se niegan a perder. Aunque únicamente sea por un instante, tal vez quince minutos de fama warholianos, con un poco de suerte toda una temporada deportiva entera. Son, en un término sacado de la cultura anglosajona, auténticos underdog, perros de pelea que están debajo de su contrincante, con el peso del destino en su contra, las babas del contrario cayendo sobre su frío sudor, colmillos de presa a punto de atrapar su cuello, pero que al final ganan para convertir su éxito en una entrañable sorpresa inesperada (siguiendo con términos angloparlantes, upset llaman los británicos a esa victoria sorprendente). En un estallido de empatía comunal, en un regocijo de todos, en una aparente vida plena de justicia para aquellos que nunca tienen suerte. En un mundo mejor, habrá que decir, aunque sea impostado, momentáneo y ficticio. De ilusión también se vive.

Si queréis leer el reportaje completo, publicado en la revista As Color, número 243, de Diario As, podéis hacerlo en el siguiente enlace:

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