El reportaje en profundidad siempre ha sido el género periodístico que más me ha gustado y que ha ido irremediablemente unido a mi trayectoria profesional. Os dejo el último reportaje que publiqué en la extinta web del Guadalajara Dosmil. Se titula Una lección de vida y deporte, y lo publiqué el lunes 9 de abril del 2012:
Una lección de vida y
deporte
Tras superar una poliarteritis nodosa, Rubén
García Castelbón completó el 1 de abril su segunda Media Maratón
El pasado más
reciente de Rubén García Castelbón (15 de octubre de 1983), periodista de Radio
y Televisión Castilla-La Mancha, es un verdadero ejercicio de superación y
optimismo. No en vano, el alcarreño ha pasado en poco más de un año de estar
ingresado más de dos meses en el hospital, sufrir la extirpación de un
testículo y someterse a doce sesiones de un tratamiento de ciclofosfamida para
superar una poliarteritis nodosa a completar tres carreras de atletismo de diez
kilómetros y dos de Media Maratón (21097 metros) en una maravillosa lección de
vida y deporte. Y todo ello pese a que apenas había practicado deportes de
equipo, balonmano y fútbol, hasta la categoría juvenil y que, como él mismo
reconoce, nunca le había gustado “salir a correr”. “El deporte me ha ayudado a
superar mi enfermedad. Me ha hecho más fuerte”, insiste Castelbón. Y nadie lo
puede dudar.
Porque la vida
del periodista alcarreño, y de su padre Pedro y de su madre Rosario y de su
hermana Olivia y de su novia Ana y de todos sus amigos, familia y demás
personas que le han apoyado en los malos momentos; se encontró con un
lamentable giro del destino el pasado 22 de enero del 2011, un día que tendría
que haber sido de fiesta para todos ellos. Ese mismo día, Rubén García
Castelbón, tras regresar de esquiar, realizó su primera narración de Primera
División en un Getafe-Espanyol para el programa Marcador de Radio Marca. Sin
embargo, Castelbón empezó a encontrarse mal en ese partido, a tener frío, y la
fiebre apareció de inmediato. Lo que parecía una simple gripe se fue
complicando y apenas seis días después tuvo que subir a urgencias. De nuevo en
casa, tras recetarle antibióticos, Rubén no mejoró. Apenas podía apoyar las
piernas del dolor y “a los tres o cuatro días” tuvo que regresar a urgencias
con heridas en las piernas. “Me dijeron que podía ser una artritis rara y me
ingresaron ese día. Y a partir de ahí empezó todo a ir a peor, más fiebre, más
heridas en las piernas, no poder andar, y me empezaron a hacer pruebas de todo
porque no podían descartar nada”, rememora el periodista de Radio y Televisión
Castilla-La Mancha.
Ingresado
durante las dos siguientes semanas, los dolores no menguaron, sino todo lo
contrario. “Me siguieron haciendo pruebas, pero llegó un momento en el que no
podía levantarme de la cama, los dolores eran horrorosos, nadie se lo puede
imaginar. El médico me decía que tenía que aguantar el dolor porque en cuanto
me metieran corticoides se podía ocultar la enfermedad”, apunta Castelbón que
un día, “ya a gritos, llorando”, dijo que no podía más y le tuvieron que
administrar corticoides.
Un posible cáncer
Sin embargo,
las noticias no eran buenas para él: los médicos notaron algo extraño en el
bazo en una de las pruebas y le mandaron a Ciudad Real a hacer una resonancia
magnética nuclear. “Estando allí había tres o cuatro hombres y todos tenían
cáncer, pero yo no asocié nada. Lo que pasó es que justo cuando llegué me dio
un dolor muy grande y fue cuando me hicieron la ecografía y vieron que el testículo
estaba dañado, que podía haber algo malo”, asiente el periodista guadalajareño.
Con el testículo dañado y las células muertas que vieron en el bazo con la
resonancia, el diagnóstico parecía claro. “Con mis síntomas me dijeron que en
el 95% de los casos es un cáncer y pensaron que tenía un linfoma en el bazo y
un tumor en el testículo. Fue un viernes en el que me iban a dar el alta porque
estaba algo mejor, uno ni se lo espera. Llevaba un mes y medio ingresado”,
explica Castelbón. “Mi novia venía de currar de Madrid directamente a
Guadalajara, estaba solo con mi padre, y el médico me dijo esto es lo que hay,
es un linfoma y al 95% de los casos es un cáncer, te vamos a mandar a casa,
pero el lunes tienes que venir porque te tenemos que pinchar en el testículo
para hacerte una biopsia”, añade.
“La palabra
cáncer es lo que tiene, es muy duro. A mí novia no la llamé, porque iba a estar
en el coche conduciendo. Cuando llegó se me vino el mundo encima pero no por
mí, sino por ellos”, recuerda un Castelbón que siempre encontró las fuerzas
necesarias en sí mismo y en sus seres queridos. “Siempre he sido bastante
fuerte con esto y he dicho que para adelante con lo que tenga, que no hay que
darle más vueltas”, relativiza. Y profundiza: “Cuando estuve ese fin de semana
en casa estaba toda mi familia, mi novia, llorando y yo dije que para adelante,
que es lo que había, que era muy duro, pero que había que tirar para adelante.
Todos mis amigos, mi familia, mi novia, me lo dicen, que era yo el que tiraba
de ellos, que era el que les animaba a ellos”.
“El médico me
dijo que se me podía quitar el testículo y que en el bazo se me podía dar
quimio, extirpármelo u otra técnica con láser que está muy avanzada. Lo que más
me impactó fue la palabra quimio”, prosigue el joven periodista guadalajareño,
que todavía tenía que aguardar un nuevo giro inesperado del destino. “El sábado
por la noche me empezó a doler de nuevo el testículo, me tuvieron que subir a
urgencias, me hicieron una ecografía y me dijeron que el testículo estaba
totalmente necrosado y que había que quitarlo. El lunes me operaron y el médico
me dijo que tendrían que darme quimio. Es lo que peor llevaba. Fue una semana
dura”, se sincera.
Poliarteritis nodosa, el diagnóstico definitivo
Pese a ello, el
destino, casi siempre cruel, quería seguir girando con la enfermedad de Rubén.
“El jueves llegaron las pruebas y el médico me dijo que había una buena
noticia, que no era cáncer, que había tenido suerte; pero que tenía una
enfermedad muy grave que se llama poliarteritis nodosa, una artritis a lo bestia,
fuera de lo normal, que puede pasar a una persona entre un millón, pero que me
había pasado a mí. Es una enfermedad muy grave, pero no es cáncer”, relata
Castelbón.
Descartado el
cáncer y tras conocer que el bazo y el testículo habían sufrido sendos infartos,
los médicos por fin ya habían dado con la enfermedad de un Rubén que llevaba ya
casi dos meses ingresado en el hospital. Una poliarteritis nodosa que requería
un tratamiento, muy parecido a la quimio pero menos agresivo, llamado
ciclofosfamida. “También fue muy duro que me dijo que podía quedarme estéril y
me hice un banco de semen. Lo que pasa es que la enfermedad era tan brutal que
ese mismo día me metieron tres gramos de corticoides para evitar los infartos.
Y al día siguiente me metieron el primer ciclo, el 3 de marzo. No me quisieron
dar ilusiones, pero me dijeron que lo normal era que con el tratamiento fuera
bien, aunque había un 10% de posibilidades de que la enfermedad se
reprodujera”, insiste el periodista del ente regional.
Un año de tratamiento
Así, Rubén
García Castelbón comenzó un tratamiento que ha durado un año y que ha curado su
enfermedad del todo, tal y como le han notificado hoy mismo, aunque con ese
porcentaje del 10% de que la enfermedad regrese. “El tratamiento ha sido muy
duro, sobre todo a partir del tercero. Cuando me lo daban y los días siguientes
me pasaba todo el rato vomitando, con mal cuerpo, sin comer, perdía tres o
cuatro kilos cada vez. Pero no pasaba nada: pasaba tres días malo y para
adelante”, espeta el periodista guadalajareño, que perdió más de quince kilos
de peso durante la enfermedad. “No se me pasa por la cabeza que vuelva. La
mejor forma de superarlo es pensando que no va a volver. Hay que ser positivo y
no darle vueltas a las cosas de por qué pasan”, añade.
Una optimista
filosofía de vida en la que Castelbón siempre ha encontrado el apoyo de su
familia. “Sé que mi familia lo ha vivido mal. Sé que mi madre delante de mí no
lloraba, pero luego me ha dicho que lo pasaba muy mal. Mi padre ha sido el más
fuerte y mi hermana y mis tíos han ayudado en todo lo que podían”, comenta el
periodista alcarreño, que se deshace en elogios con la actitud de su novia Ana.
“Durante dos meses trabajando en Madrid ha venido todos los días después de
salir de trabajar y se ha quedado todos los fines de semana conmigo. No creo
que muchas novias lo hiciesen. Supongo que estaré toda la vida con ella, pero
nunca le podré agradecer todo lo que ha hecho por mí”, vaticina. “Todo el mundo
se ha portado bien conmigo, mis amigos, todos”, finaliza al respecto Castelbón,
que todavía encontraría un acicate más para superar su enfermedad: el deporte.
El atletismo como afán de superación
Porque, y de
eso no cabe ninguna duda, el deporte, y en concreto el atletismo, han sido uno
de los sustentos de Rubén García Castelbón para superar su enfermedad. “El
deporte ha sido una de las vías para superar la enfermedad. Eran dos meses y
medio quieto, sin moverme, y luego sales poco a poco a andar hasta que un día
dije que a ver si podía salir a correr. Había perdido mucho peso con la
enfermedad, 15 o 16 kilos, mucha masa corporal, me quedé muy débil y me
mandaron un plan de entrenamiento y me lo tomé en serio. Fue poco a poco y me
enganchó. Si empiezas a correr y te vas sintiendo poco a poco mejor acabas
corriendo”, explica el periodista alcarreño. Y prosigue: “Salir a correr es
bueno porque es un afán de superación. Si un día sales diez minutos y al
siguiente doce y te encuentras mejor, y al siguiente quince y te encuentras
mejor, al final te encuentras mucho mejor físicamente y más animado. Además,
salir a correr es una cosa muy sencilla, que puedes hacer cuando quieres. Es
algo que necesitas, te empiezas a picar y te vas enganchando”.
Por ello, a
base de retos, Castelbón pasó en apenas un mes y medio de no poder a andar a
correr a finales de mayo del año pasado en 56 minutos la carrera Liberty de
Madrid de diez kilómetros, algo que nunca en su vida había hecho. “Es una
superación. Cuando terminé dije no iba a correr en mi vida más porque estaba
reventado, pero pasó una hora y pensé lo bien que me sentía por haberla
terminado y que quería correr otra para ver si podía hacerlo mejor”, recuerda
Rubén. Dicho y hecho, ‘Correr por Madrid’, su segunda carrera de diez
kilómetros, la terminó en poco más de 50 minutos.
Tras ese nuevo
éxito, Rubén García Castelbón ya estaba preparado para su siguiente reto: correr una media maratón. Lo logró, a pesar de no poder entrenar una semana de
cada mes por el tratamiento del ciclofosfamida, en diciembre en la Media
Maratón de Guadalajara, con un tiempo de 1 hora, 50 minutos y 29 segundos. “La
sensación al terminar fue de que me encontraba bien, que había sido duro, pero
el deporte, y el que hace atletismo, es superarte a ti mismo”, sentencia
Castelbón, que entrena 40 o 50 kilómetros a la semana y que terminó la segunda
media maratón de su vida, previo paso por los diez kilómetros de la San
Silvestre vallecana con un tiempo de 49 minutos y 50 segundos, en Madrid el
pasado 1 de abril con un tiempo de 1 hora, 39 minutos y 19 segundos pese a que
le empezó a doler la tripa en el kilómetro 12 y pensó que se tendría que
retirar. “Así son las carreras. Piensas que no vas a poder, pero sin saber por
qué sacas un plus de fuerza y disfrutas. El atletismo popular es un deporte muy
solidario, no compites con nadie, solo contra ti mismo, y todo el mundo te va
animando”, analiza el periodista guadalajareño. Y añade: “Tienes que ir
marcando diferentes metas para no ir comiéndote la cabeza. Hay mucho tiempo
para pensar en todo, pero todo es mentalidad. La soledad del corredor no se
puede explicar, tienes que concentrarte y ser fuerte”.
Porque, tras
superar una terrible poliarteritis nodosa y un tratamiento anual de
ciclofosfamida, Rubén García Castelbón sigue teniendo nuevos retos en su vida
gracias a la maravillosa filosofía del deporte. “Quiero seguir bajando mi marca
en diez kilómetros y en media maratón. No me planteo hacer una maratón. En la
media maratón disfruto y en la maratón sufriría demasiado”, argumenta el
periodista alcarreño. “Superar retos y superarte a ti mismo, que es lo que te
da el deporte, te ayuda. Si haces deporte y te encuentras bien físicamente te
sientes mejor”, completa.
No en vano,
pese a todo lo que ha tenido que pasar, la lección de vida y deporte que da
Rubén García Castelbón entusiasma sin reservas. “Yo recomendaría el deporte por
salud y por superarte a ti mismo. También sirve como válvula de escape, para
tranquilizarte, para pensar en tus cosas, para relajarte”, analiza. Y mantiene:
“Cualquier enfermedad de estas es muy dura y el deporte te puede ayudar a
superar una enfermedad grave. Yo he sido fuerte, pero toda la gente que ha
estado a mi lado también. Cuando se tiene una enfermedad hay que ser optimista,
si no, estás perdido. La vida te pone trabas, pero de todo se sale si quieres.
Hay que mirar en positivo, tirar para adelante y dejarte ayudar en todo”. “A
todos los que tengan una enfermedad les digo que luchen porque se puede
superar. La vida es demasiado bonita como para no luchar por ella”, finaliza. Y
que nadie ponga en duda sus palabras.
Hola Sergio agradezco muchísimo que compartas tu experiencia de superación de la enfermedad, son tan pocos los casos diagnosticados que apenas se puede leer nada alentador sobre ella, y leerte me abre pequeñas expectativas. Te quería preguntar si la poliarteritis nodosa te provocó también una vascutitis leucocitoclastica. Y en caso afirmativo si ésta no empeoraba con la actividad física. Espero que sigas con el atletismo y encontrandote asi de bien!.
ResponderEliminarMuchísimas gracias y un abrazo.
Hola, Lorena. Muchísimas gracias por tus palabras. He avisado a Rubén (él fue el que sufrió la enfermedad, yo únicamente conté su preciosa historia) para que se pase por aquí y te ayude con un comentario. Un gran abrazo.
ResponderEliminarHola Lorena, soy Rubén, el chico sobre el que escribió Sergio el reportaje. Si que me lo provocó, pero fortuna con el tratamiento ahora mismo estoy totalmente curado. Sigo haciendo atletismo sin ningún problema, incluso corriendo maratones. Si necesitas cualquier cosa no dudas en contactar conmigo.
ResponderEliminar