Un deportista de élite


(Foto: http://www.elheraldodelhenares.es/)

Haciendo memoria de los reportajes que he hecho a lo largo de mi vida, creo que siempre he intentando honrar con ellos al deporte. Muchas veces, el deporte no es lo que nos hacen creer que es. Por ejemplo, muchas veces los deportistas de élite no son los que nos hacen creer que son. Yo lo entendí el viernes 30 de abril del 2010, cuando en la edición de papel del extinto Guadalajara Dosmil pude escribir sobre Álvaro Domínguez Belmonte. Lo titulé 'Un deportista de élite' y este era su texto:

La medalla de bronce en los 200 metros estilos –y un cuarto y dos quintos puestos– cosechada en el Campeonato de Europa de natación para personas con Síndrome de Down, celebrado el pasado fin de semana en Inglaterra, no es más que otra recompensa tácita para el arduo trabajo diario de un deportista de élite, Álvaro Domínguez Belmonte, de 23 años. Acostumbrado al agua desde pequeño –su madre Julia le llevó a programas de estimulación temprana desde bebé–, Álvaro está destacando desde hace más de una década en los distintos campeonatos a los que acude, ya sean regionales o mundiales.

“Nadar es lo que más me ha gustado de siempre”, explica un Álvaro que, además de la natación, juega de base al baloncesto, va a la Escuela de Teatro y trabaja en la consulta de su padre Juan Antonio. “Cuando vengo a la piscina, vengo a trabajar. La piscina es igual que cuando estás trabajando, es mi trabajo”, continúa el nadador del Club Alcarreño de Salvamento y del CD Nuevo Horizonte.

De hecho, para él es en verdad un trabajo, ya que Álvaro entrena cinco días a la semana, dos con el Club Alcarreño de Salvamento y tres con Irene, su entrenadora desde hace cuatro años. “Trabajamos la preparación física y trabajo en el agua, técnica de nado. También trabajamos velocidad, la estrategia de la carrera, que en el último largo tiene que hacer sprint, que tiene que atacar en braza porque él es bracista; los virajes”, analiza Irene, que solamente tiene palabras de elogio para su pupilo: “A nivel personal ha sido una de las mejores cosas que he hecho en la vida, porque él me aporta muchísimas cosas, es una lucha diaria”, se sincera. “Cada día para él es superarse. Su evolución ha sido muy progresiva en estos cuatro años, cada vez ha ido a mejor. Es un esfuerzo porque son todos los días nadando, día a día”, profundiza.

No en vano, Álvaro, que es capaz de hacer 300 abdominales cada día –y eso que reconoce que, precisamente, hacer abdominales es lo que más le cuesta–, no perdona su preparación aunque su entrenadora no pueda acudir a las sesiones por motivos laborales. “Se necesita disciplina, decisión y mucho coco”, arguye el nadador alcarreño. “Hago bicicleta en mi casa y tengo un banco de abdominales”, mantiene. “Técnicamente es muy bueno y cuando se concentra lo da todo”, le apoya su ‘coach’, como dice en inglés el propio Álvaro. “Es genial”, añade la entrenadora. “Tiene las rutinas muy claras”, concreta.

“Se le ve feliz en el agua. Le encanta todo lo que conlleva la competición y las relaciones sociales”, continúa relatando Irene sobre un nadador que admira a Phelps, Meca, Gasol o Nadal y que se declara fan del Real Madrid. “En este campeonato –el Europeo– ha disfrutado un montón. Le pone ilusión a todo, a las pequeñas cosas”, se ilusiona. “Con la natación ha conseguido una mayor autonomía”, sentencia.

“La natación es una integración total para él. Llegamos al agua y todos se interesan por Álvaro. Él es un relaciones públicas”, mantiene Irene. Y añade: “Muchas veces piensas ‘por favor que no le distraigan’, pero ahí tiene que estar él para concentrarse”. “Siempre me distrae la gente”, se excusa Álvaro sobre la concentración, uno de los factores a mejorar, pero no el único: “Físicamente, aguantar –aunque como asegura Irene, recupera bien, ya que tiene ‘corazón de deportista’– y bajar un poquito de tripa. También mover las piernas más”, enumeran al unísono. “Mejorar es algo bueno para él, es la superación de uno mismo, un esfuerzo, una lucha. Es duro estar todos los días al pie del cañón”, teoriza al respecto su entrenadora.

Mejoría motivacional

Por ello, para seguir mejorando, Álvaro cuenta con otros apoyos, como el de Luismi, psicólogo deportivo del Laboratorio de Competencia Motriz y Excelencia Deportiva de la Universidad de Castilla-La Mancha, situado en Toledo. “En las competiciones tengo que estar muy concentrado. En las salidas, si amagas, te descalifican”, explica Álvaro. “Luismi trabaja con deportistas de alto rendimiento a nivel motivacional y de estrategia psicológica. Le ha ayudado muchísimo”, advierte Irene. “Le pido consejos. Cada vez voy mejorando. Me concentro más. Todo se puede mejorar”, reconoce Álvaro, que recibe del Laboratorio vídeos motivacionales protagonizados por él: “Me gustan los vídeos. Eso ayuda al nadar”, afirma.

“Se lo curra. La dedicación forma parte de su día a día. Lo tiene asumido y lleva mucho tiempo”, reitera su entrenadora. Y continúa: “No hay ninguna diferencia con un deportista de entrenamiento de élite”. Aunque, acto seguido, Irene sí que encuentra una importante desventaja: “A diferencia de ellos, Álvaro no puede vivir de esto, ni siquiera se puede costear los gastos”, se lamenta.

“Es un fenómeno”, espeta una señora que pasa al lado de Álvaro. Y, la verdad, quizá ésa sea la mejor definición que se puede hacer del nadador alcarreño. Todo un deportista. Un deportista de élite.



Un ejemplo de superación que apenas recibe subvenciones para poder competir

“Es un deportisita de alto rendimiento”, recuerda Irene, la entrenadora de Álvaro Domínguez Belmonte. Los datos, de hecho, le dan la razón, ya que el recién medallista de bronce europeo lleva más de diez años al máximo nivel competitivo sumando entorchados regionales y nacionales. Además, este especialista en braza y estilos tiene un Mundial y un Europeo a sus espaldas, mientras prepara ya a conciencia su siguiente objetivo: el Campeonato del Mundo de natación para personas con Síndrome de Down a celebrar en Taipéi el próximo mes de octubre. “Estamos buscando a ver si nos subvencionan algo”, explica Irene. Y prosigue: “Estas personas no reciben ninguna ayuda. Él es un ejemplo, pero hay muchísimas personas igual que él. Están representando a una ciudad, a una Comunidad Autónoma, a una nación, pero no hay apenas ayudas”. De hecho, Álvaro Domínguez solamente recibe una beca por parte de la Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (FEDDI) por sus logros en el Campeonato de España, donde fue campeón de 200 metros estilos y subcampeón en 50 metros libres y 100 metros estilos; mientras que está esperando la respuesta del Ayuntamiento, que le regaló un chándal, al respecto de una subvención para el Europeo recién finalizado. “Por lo demás, él se tiene que costear todo. Es caro porque no se tiene apoyos”, se lamenta Irene.

Y eso que los logros de Álvaro no se acaban en la piscina. De hecho, el nadador alcarreño fue uno de los elegidos por el Reto de la Capacidad de la Junta del año 2008 para cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar. “El Reto es una de las cosas más espectaculares que he visto”, se sincera Irene. “Sentí frío, por lo menos”, bromea Álvaro. “Me costó bastante”, añade el nadador, que este año recibió el Premio al Esfuerzo de Superación en la Práctica Deportiva en la I Gala del Deporte Provincia de Guadalajara. “Algunas veces se me caen las lágrimas”, reconoce Álvaro al pensar en las medallas. “El día que me dieron el premio [en la citada gala], quería decir unas palabras, pero me emocioné y bajé del escenario porque vino toda mi familia, estaba muy nervioso y no podía decir nada”, sentencia.

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