Sudor anónimo


(Foto: Diana Méndez/http://www.aldia.cr/)

Hace unos días en mi Twitter escribí que andaba buscando un reportaje que hice hace tiempo y que quizá sea el que mejor define lo que es para mí el deporte. Hoy iba a subir otro reportaje del que me acordé viendo ayer La 2 Noticias y que es sobre fútbol e integración, pero lo dejo para otro día porque acabo de dar con el reportaje que buscaba. Lo publiqué el viernes 19 de junio del 2009 en la edición de papel del extinto Guadalajara Dosmil, lo titulé 'Sudor anónimo' y éste era su texto:


Sudor anónimo 

A un lado del profesionalismo, el deporte es una de las principales aficiones de los seres humanos. Tres deportistas ‘anónimos’ explican las razones por las que el deporte es tan aceptado.


Aunque la atención se centra siempre en la parte competitiva, lo cierto es que el deporte no se acaba en el mes de junio cuando concluyen las ligas de los deportes de equipos. De hecho, el deporte siempre está presente, en todos los sitios, mucho más allá del profesionalismo que genera mercadeo y publicidad, ingresos, anuncios y montañas ingentes de dinero. Porque el deporte es el hobby preferido por la mayoría de los seres humanos, por todos aquellos deportistas anónimos que llenan las calles de las ciudades con su sudor y que siempre sacan tiempo para practicarlo. Llueva o haga calor, nieve, truene o hiele.  

Para desconectar

Si en algo coinciden David Antón, estudiante de Ingeniería Industrial de 22 años; Rodrigo Robles, bibliotecario de 29 años; y Julián de la Fuente, productor audiovisual de 26 años; es en que el deporte es beneficioso para el ser humano. “”Yo creo que forma parte de las cosas que necesitas como ser humano. Eso es lo bueno que tiene el deporte: que ayuda a ejercitarse tanto física, como mentalmente”, analiza De la Fuente, que juega cuatro horas a la semana al tenis con sus amigos. “El deporte te aporta todo. Cuando lo haces te sientes bien, es un estado de satisfacción, de bienestar. Viene bien para todo, para concentrarse, para la vida en general; porque el deporte te elimina todo lo malo que llevas”, le completa Robles, que aprovecha sus ratos libres para salir “cuatro sesiones” a la semana a correr o a practicar mountain bike seducido especialmente por la “naturaleza”. Y añade: “Por eso atrae tanto, es una manera de solventar tus problemas. Viene bien para todo, para la salud, para el que quiera perder peso, para ganar músculos; es una vía de escape”. También le dedica su tiempo Antón que, junto con otra gente de Alarilla, su pueblo, formó esta temporada el Alarilla Efaye, campeón de dos de los tres torneos disputados en la Liga Fútbol 7 de Villanueva de la Torre. “El deporte es una manera de desconectar con la vida cotidiana, por lo menos es mi caso. A mí me ayuda bastante, estoy deseando que lleguen los sábados”, se sincera.

De hecho, ninguno de los tres encuentra impedimentos para practicar deporte. “No soy una persona deportista. Ni tengo cuerpo de atleta, ni aptitudes. Es una cosa que siempre me he reprochado: tengo muy poca moral para aguantar el esfuerzo físico. Pero reconozco que todo el mundo puede hacer deporte. Es una de las cosas buenas que tiene: es accesible para todas las personas, todo el mundo puede participar”, explica De la Fuente, que recuerda que de pequeño “lo que pensaba era que se acabaran las clases de educación física lo antes posible”. “A la gente le recomendaría que se anime y que pruebe. Al principio dices que no puedes correr media hora y corres cinco, luego corres diez minutos, al siguiente día quince. Tú mismo te vas enganchando. Es un logro personal, si lo vas haciendo poco a poco, sin agobios, sin prisa, al final consigues lo que te has propuesto. Te pones retos y los acabas superando. El deporte te da mucha confianza”, comenta Robles. “Merece la pena practicar deporte aunque no tengas ningún reconocimiento. Sobre todo, por pasar el rato con los amigos y el bienestar de hacer algo bueno para el cuerpo y la salud”, culmina al respecto Antón.

Efecto sociabilizador

Unas virtudes que tiene el deporte que se complementan con una de sus principales características: su efecto sociabilizador. “Salgo con mis amigos a correr, con mi pareja y tan rebién. Al final siempre hay alguien para hacer deporte. Es una manera de salir a la calle: en vez de tomar unas cañas el viernes o el sábado, salir a correr un miércoles. También se puede hacer. Es saludable como otra cosa”, apunta Robles, que pide al Ayuntamiento de Guadalajara “que dejen espacio de caminos, no todo asfaltado” en el futuro anillo verde de la ciudad para que los atletas puedan correr. “No fue el tenis en particular, podría haber sido cualquier otro deporte. La cuestión es que nos juntábamos todos los amigos y estábamos hartos de tener que quedar en algún bar, y, nos vamos haciendo mayores, queríamos hacer algún otro tipo de actividad más edificante y más activa. Se nos ocurrió ir un día a jugar al tenis, por probar, subimos a las pistas una cuantos, me acuerdo que una tarde de calor sofocante, y nos pareció tan simpático que, a partir de entonces, empezamos todos los martes y los jueves a jugar al tenis”, rememora De la Fuente.

Parecido testimonio al del ‘anónimo’ tenista De la Fuente es el de Antón. “En verano y los fines de semana estamos todos los días jugando al fútbol y dijimos que por qué no íbamos a hacer un equipo”, detalla sobre la creación de su equipo de fútbol 7. Desde entonces, todos los viernes el Alarilla Efaye, formado por estudiantes y trabajadores, y entrenado por un hombre del propio pueblo; entrena desde las “ocho o las nueve de la noche y hasta que nos cansemos” en la pista de fútbol-sala que hay en Alarilla para disfrute de todos los habitantes del pueblo: “La gente en el pueblo está contentísima de que la gente joven vaya porque hay un equipo. Antes había equipo de bolos y ahora no hay, pero con esto del fútbol parece que está empezando a animarse de nuevo la gente”, dice. Y explica ese sentimiento de alegría que hay en el pueblo: “Formar un equipo fomenta el espíritu de compañerismo. Sobre todo en nosotros que no solíamos ir mucho al pueblo y este año con lo del equipo todos los viernes nos juntábamos allí quince personas. Y luego, quieras que no, te tomas algo en el bar y estás allí. Y los sábados igual y, además, vienen amiguetes a vernos. Es muy divertido y entretenido”.

Compatible con otros hobbies

Todos ellos, deportistas anónimos, encuentran tiempo para practicar deporte sin dejar de lado sus obligaciones estudiantiles o laborales –“sólo practicaba deporte por entretenimiento, por pasar el rato y divertirme. Sabía que no tenía ningún futuro, siempre he tratado de estudiar. Estudiar era lo importante y el deporte era para el tiempo libre”, reconoce Antón–. Porque el deporte, aunque sea un hobby principal, también deja tiempo a otros hobbies. “Creo que hay que incluir el deporte en los hábitos de vida saludables, sacar un huequito cada semana para practicar un deporte es esencialmente sano y necesario para gente de cualquier edad, desde los más pequeños a los más mayores. Mi madre va a natación, hace tai-chi y está encantada de la vida”, comenta De la Fuente. “El deporte es compatible a cualquier cosa, al aeromodelismo, a ir al teatro, a salir un viernes por la noche. Nadie hace sólo deporte, sería triste que te llene sólo el deporte”, prolonga Robles. Y Antón continúa: “Tengo más hobbies, pero el deporte es uno de ellos. Lo hemos hecho toda la vida y es muy entretenido. Es una manera de relacionarse muy buena”. “Hay que saber repartir el tiempo para todo, disfrutar cuando hay que disfrutar y apechugar cuando te toca”, sentencia el lateral del Alarilla Efaye.

La versión más lúdica

Y es que Antón, Robles y De la Fuente son sinónimo de deporte en su versión más pura, la que olvida su parte competitiva y se centra en el natural acto de hacer deporte en sí. “El deporte profesional es un trabajo, esto es ocio, es libertad, es una diversión. Muchas veces es más satisfactorio así”, se emociona Robles. “No sólo es que merezca la pena [hacer deporte], sino que hace falta. Lo que habría que buscar es la versión más lúdica del deporte, el intentar promocionarlo a tope, que la gente haga deporte como forma lúdica, sin planteárselo como una actividad de mejorar la técnica, de ser más competitivo; sino como una forma de pasar el tiempo”, le apoya De la Fuente. Y añade: “Eso en otros deportes está más extendido: en el cicloturismo la gente se da una vuelta con la bici y nadie intenta hacer una carrera o darse un sprint. A mí me encanta esa forma que tiene el deporte únicamente lúdica”. “Si me pagaran un millón de euros por jugar al fútbol supongo que no tendría el mismo concepto que tengo ahora del deporte: sería todo mucho más serio y menos divertido, aunque dependiendo del grupo en el que estuviera. Habría más nervios y responsabilidades”, concluye Antón.

Por ello, De la Fuente sentencia: “Recomiendo practicar deporte, pero con un espíritu lúdico, no como una forma de intentar ser siempre el mejor, intentar ganar. Simplemente, pasar el rato en buena compañía, ejercitándose y disfrutando”. “Deportistas de sofá somos muchos, lo que pasa es que hay que ponerse.  Cualquiera lo debería probar por el mero hecho de decir ‘vamos a ver si puedo, si soy capaz’. Sean cual sean tus limitaciones, cualquiera puede hacer deporte”, culmina Robles. “Tampoco hace falta ser un profesional para hacer deporte”, añade. De hecho, sólo hay que darse una vuelta cualquier día por Guadalajara para comprobarlo.

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