Asentar el rugby con la enseñanza


(FOTO: Club Rugby Guadalajara)

En un verano como el de este año, me apetecía pensar en rugby. Creo que a lo largo de mi trayectoria profesional he tenido la oportunidad de hacer dos o tres reportajes sobre un deporte que admiro, me apasiona y, principalmente, respeto al máximo. Por ello, regreso al viernes 16 de abril del 2010 para recordar el reportaje que publiqué en el extinto Guadalajara Dosmil. Se titula 'Asentar el rugby con la enseñanza' y es éste:


Asentar el rugby con la enseñanza

El Club Rugby Guadalajara ha ideado planes trienales para que uno de los deportes más clásicos
y con mayores valores morales vuelva a florecer desde la base


“Si el rugby es sólo un deporte, el corazón es sólo un órgano”. La frase es del excelente periodista y escritor británico John Carlin (Nota del Autor: durante años creí que la frase inicial era de John Carlin, pero, con el tiempo y gracias al periodista Fermín de la Calle, descubrí que es un aforismo anónimo), uno de los autores que mejor ha sabido describir lo que realmente significa el rugby. De hecho, el rugby es un deporte lleno de mitos, de tradiciones, donde valores morales como el compañerismo, el respeto al contrario, la disciplina, la lealtad o el sacrificio están impresos a fuego en la piel de cualquier jugador.

“Es un deporte muy especial”, concuerda Diego Gómez, entrenador del Club Rugby Guadalajara, que junto con otros amantes del rugby se propuso en verano del 2008 un ambicioso objetivo: la refundación del citado Club Rugby Guadalajara, una entidad que estuvo presente en la capital alcarreña de 1994 al 2000. Después, éste se fundió con el conjunto de Alcalá de Henares dando lugar al Club de Rugby Guadalajara-Alcalá, que finalmente pasaría a ser el actual Hercesa desde la temporada 2001/2002. “La gran mayoría [de nosotros] no llegamos a estar en el Hercesa”, rememora Gómez. Y prosigue para explicar la refundación del club morado: “Nos dimos cuenta de que no había rugby accesible en Guadalajara. Decidimos volver a fundar el equipo para volver a tener el rugby que había en esos años, un poco para volver a acercar el rugby a Guadalajara”.      

Así que la ‘morriña’ del pasado venció a la parte competitiva, porque no es precisamente el afán de éxitos lo que mueve a la gente del Club Rugby Guadalajara. Su proyecto es mucho más extenso: “La parte competitiva no era el objetivo fundamental”, explica. “El objetivo fundamental era volver a traer partidos a Guadalajara, volver a traer a gente entrenando, que se vuelva a hablar del rugby en Guadalajara, que vuelva a haber un club de rugby en Guadalajara…”, completa Gómez.

Proyectos trienales

“Sabemos que es un trabajo de años”, prosigue el entrenador del club alcarreño, que centraliza el proyecto de su club: “Tenemos un proyecto deportivo trienal, en tres trienios (2008/2011, 2011/2014 y 2014/2017).  En estos tres primeros años, hay una puesta en marcha del club en sí, creación y consolidación de un equipo senior, y empezar a montar las bases de las escuelas”, arguye. Y continúa: “Crearlo desde los dos frentes: de senior hasta abajo y de las escuelas infantiles hasta arriba”. “En tres años no queremos subir de categoría, lo que queremos es consolidar el equipo senior y empezar a hacer un equipo juvenil”, profundiza Gómez. “A corto plazo nuestra idea no es ganar la liga, ganar competiciones; es formar gente, que gente joven se acerque al equipo”, añade. Y sentencia: “Los que formamos el equipo estamos todos alrededor de 30-35 años, tenemos años de rugby pero la idea no es hacer un equipo para jugar nosotros, sino hacer un equipo que dure en el tiempo. Nosotros no podemos ser a medio y largo plazo la base del equipo; estamos intentado crear esa base del equipo”.

Una escuela en el CEIP Pedro Sanz Vázquez

Por ello, los gestores del Club Rugby Guadalajara están haciendo hincapié en el trabajo con la base, en enseñar el rugby. “Dicen una cosa que a mí me gusta mucho que es que ‘no hay razones para jugar al rugby porque el rugby se juega con el corazón’. El rugby tiene sobre todo el fomento de solidaridad, de equipo, el respeto… El primer respeto que hay es el respeto al árbitro, al equipo contrario”, mantiene Daniel López, ex jugador de rugby y director del CEIP Pedro Sanz Vázquez, el colegio en el que el Club Rugby Guadalajara ha desarrollado su programa piloto con las categorías inferiores y donde podría instaurar su escuela en el próximo curso escolar. “El respeto y la solidaridad para mí es fundamental. Al tener contacto físico se respeta y se valora mucho más al equipo contrario”, incide un López que continúa valorando las virtudes del rugby para los más pequeños: “Otra de las cosas es que en rugby caben todos; caben altos, bajos, flacos, gordos, rápidos, lentos… Es un deporte que está abierto a todo el mundo”, asevera. “Además, en términos globales, es un deporte donde la preparación física es absolutamente exquisita. No sé si hay otro deporte que sea tan exigente”, concluye.

“Es muy divertido jugarlo. Como valores tiene muchísimos valores positivos, no en vano se utiliza en la mayoría de los sistemas educativos ingleses que siempre ha sido el espejo donde se ha mirado el resto de la educación global”, le apoya Gómez. “Yo creo que es el deporte más completo de equipo, porque no hay ninguna manera de ganar un partido sólo con una estrella, sino que tienen que jugar los quince. Es un deporte en el que el sacrificio personal está por encima. El jugador en sí es el que se sacrifica. Un jugador puede estar los 80 minutos sin tocar el balón y ser protagonista, ser partícipe de todos los puntos de su equipo. El rugby devuelve mucho más de lo que tú le das”, teoriza.

Así fue por ejemplo en el Mundial de 1995, cuando el trabajo en equipo de Sudáfrica pudo en la final con la talentosa Nueva Zelanda liderada por el ‘imparable’ Lomu. Aunque es probable que el rugby se tenga que enfrentar a mayores problemas que el gigantón Lomu, como son, principalmente, su condición de deporte minoritario y los prejuicios que tiene la gente al creer que es un deporte violento, lo que a veces hace que se tenga que educar más a los padres que a los propios hijos.

“No es un deporte muy popular, entre otras cosas porque lo popular es lo que sale en la televisión y el rugby no sale en la televisión”, se lamenta López, que no considera al rugby como un deporte violento: “Es un deporte de contacto, no un deporte violento. Creo que es más violento el fútbol en el aspecto de que en el rugby tienes que ir con la cara por delante, que ofrecerte en un cuerpo a cuerpo; no hay malos modos. En el fútbol, por ejemplo, entras con los pies por delante o por la espalda”, explica.

Gómez le secunda en ambos pensamientos: “El rugby es un deporte minoritario”, confirma. “Para mí el rugby no es más ni menos peligroso que el fútbol, el balonmano, el baloncesto o cualquier otro deporte de equipo con balón”, continúa. “Lo que se ve en la televisión muchas veces son imágenes muy violentas, pero es como si nosotros no supiésemos nada del fútbol y lo único que vemos del fútbol es cada vez que hay una entrada muy fuerte y el contrario sale volando o cada vez que un señor le clava los tacos a otro y le parte la pierna. Si sólo tuviéramos esas imágenes, llegaríamos a la conclusión de que el fútbol es un deporte peligroso”, añade. “El rugby es un deporte de contacto y eso es inevitable, pero, para poder jugar, se entrenan técnicas de evasión, no de contacto. El objetivo final del rugby no es chocarte con el contrario, sino evadirlo. No vas contra el muro, lo que haces es buscar los pasillos para llegar a la zona de ensayo”, advierte Gómez.

De hecho, el propio Gómez y López no dudan en que el rugby, y especialmente la modalidad de rugby cinta –sin contacto–, que es la que enseñaría el club alcarreño en las escuelas; es una de las mejores disciplinas deportivas en la educación de los más jóvenes: “Es un complemento educativo importantísimo para los niños por los principios que fomenta, de solidaridad, de trabajo en conjunto, de aceptar las diferencias del otro, el respeto, aceptar la derrota con dignidad”, reconoce un López que está convencido de que “en el mismo momento en el que se explique bien y los responsables, los tutores, los padres, pierdan el miedo, creo que es un deporte que ofrece muchísimas cosas”. “Ojalá salgan esas escuelas”, sueña en alto.

“Tenemos a favor que el rugby es un deporte muy bueno a nivel escolar en el momento en que se pasa la barrera de los prejuicios”, vaticina un Gómez que ya trabaja en introducir este mismo año la práctica del rugby cinta en los distintos campamentos urbanos que se celebren en Guadalajara. “Es un deporte en el que el respeto está por encima. El respeto al contrario y al árbitro”, continúa argumentando. “En el equipo en todo el momento tiene que haber una disciplina muy fuerte porque en el momento en el que uno de los miembros se salga de la disciplina del equipo, el equipo es muy vulnerable. Son valores muy de la vida diaria”, concluye.

El Regional, en mayo

Y así, con esos valores, se dibuja el futuro del sólido proyecto del Club Rugby Guadalajara que, en cualquier caso, tampoco deja de vivir el presente. Un presente en el que destacan varias actividades, como un partido amistoso de los veteranos (24 de abril), una ruta cicloturista (1 de mayo), el Torneo Seven Ciudad de Guadalajara o el Día del Club (primera semana de junio). Y, sobre todo, el Campeonato de rugby de Castilla-La Mancha que se disputará durante cuatro domingos del mes de mayo. El día 15 será en Guadalajara: “Ese día habrá tres partidos, toda una mañana larga de rugby en Guadalajara, una muy buena opción para venir a ver rugby de cierta calidad en Guadalajara”, espeta Gómez.

Porque el Club Rugby Guadalajara ha regresado para quedarse. “Guadalajara es una ciudad en la que el rugby puede tener muy buena acogida, por tradición y porque el rugby es un deporte que atrae mucho”, sentencia. Y que se juega con el corazón.  

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