El gol de Kepa recompensa a un Dépor extraordinario



(Foto: Álex Caparrós/http://www.fcbarcelona.es/)

Tenía muchas ganas de hacer una crónica larga de un encuentro de fútbol, así que he decidido hacer una crónica del partido de ayer sábado entre el FC Barcelona B y el Deportivo Guadalajara. Os la dejo:


(4-3-3) FC Barcelona B 0: Masip; Balliu, David Lombán, Planas, Grimaldo (Joan Román, minuto 82); Espinosa (Dongou, minuto 71), Gus Ledes, Lobato; Kiko Femenía (Deulofeu, minuto 60), Araujo y Luis Alberto.
(4-1-4-1) Deportivo Guadalajara 1: Razak; Aitor, Álex Ortiz, Javi Barral, César Soriano; Jony; Cristian Fernández (Álex García, minuto 87), Álvaro Antón, Jon Erice (Gerard Badía, minuto 91), Vicente; y Azkorra (Kepa, minuto 71).
Goles: 0-1 minuto 78: Kepa.

Árbitro: Bikandi Garrido (Comité Vasco). Amonestó con cartulina amarilla al visitante Vicente.
Campo: Mini Estadi (Barcelona).

El fútbol se tiene que entender obligatoriamente más allá de los datos, pero en ocasiones los fríos números sirven para contextualizar la realidad. El Deportivo Guadalajara se llevó el triunfo en el Mini Estadi ante el FC Barcelona B con un gol de Kepa y, en los últimos once encuentros, los morados únicamente han cedido una derrota. Además, siguiendo con el menú estadístico, los deportivistas solo han encajado cuatro goles en esos once partidos, de los que en ocho de ellos han acabado con su portería a cero. En este caso, todos estos datos sí explican la realidad.

Recurriendo a una medida temporal, la actual buena racha del conjunto entrenado por Carlos Terrazas, decimosexto clasificado con 29 puntos, puede explicar también acontecimientos del pasado. Desde el importante cambio de ciclo en su plantilla efectuado el pasado verano hasta el pésimo arranque liguero de esta campaña. Porque, actualmente, el equipo guadalajareño es un copia gemela y atemporal del cuadro que ascendió a Segunda División hace tres campañas y lo más seguro es que ese proceso de conversión requería de paciencia y trabajo, de visiones largoplacistas que desafiaran el vértigo de la necesidad de triunfos en el deporte competitivo. Incluso hasta cuando se está tan cerca del estrés del descenso.

En el Mini Estadi, el Dépor fue ese equipo que sueñan desde hace años desde la presidencia y el cuerpo técnico del club alcarreño. El conjunto que conoce sus virtudes y sus limitaciones, y que sabe cuál es la filosofía de fútbol que tiene que desarrollar para que el proyecto sea sinónimo de futuro y de éxitos y no una quimera de escritores de novelas de aventuras. Con el memorizado sistema 4-1-4-1, los jugadores morados tejieron un escenario desde la presión y la solidaridad en el que acabaron convirtiéndose en absolutos dominadores de todas las aristas del juego ante un rival de entidad que no disparó entre los tres palos en todo el partido. Porque, de hecho, cuando la ejecución práctica de la filosofía balompédica del Deportivo Guadalajara desde la llegada de Terrazas sale perfecta es una invitación tácita a lo que en proporciones estéticas debe ser el fútbol. Sensación de dominio con y sin el balón. Llegadas al área rival por banda. Ocasiones de gol. Seguridad defensiva. Trabajo en conjunto. Combinaciones en espacios reducidos. Velocidad en el desborde. En definitiva, todo lo que se vio ayer en el campo barcelonés.

En la primera mitad, la escuadra entrenada por Eusebio Sacristán contó, como siempre, con la posesión, pero en unas zonas del campo carentes de cualquier peligro ofensivo. Los futbolistas azulgranas, como muchos otros equipos en los últimos tres años, no supieron superar la primera línea de presión de un Dépor académicamente situado en el campo y que fue creciendo con el paso de los minutos. Así, Álvaro Antón rondó el gol en el minuto 23 tras un centro de Vicente  y Masip tuvo que aparecer para interceptar un tiro franco de Azkorra después de un robo de la primera línea deportivista. Por su parte, el FC Barcelona B ni siquiera tenía ni el atractivo aura que se le presupone.

Tras la reanudación, el Deportivo Guadalajara aumentó su dominio hasta el infinito. Pese al peligroso tiro desde fuera del área de Lobato con el que comenzó la segunda mitad, fue el conjunto alcarreño el que monopolizó los suspiros en formas de ocasiones ante un sobrepasado Barça B. De tal modo, Masip volvió a dejar sin gol a Azkorra y Álvaro Antón con sus intervenciones de mérito. Sin embargo, el portero del filial azulgrana no pudo hacer ya nada en el minuto 78 cuando Kepa, que había relevado al citado Azkorra, culminó en el primer palo una gran jugada combinativa de los alcarreños que terminó con un centro de Vicente en banda izquierda.

De ahí al final, y con 0-1 en el marcador, el Dépor, magistral en el juego al primer toque y en la búsqueda de espacios libres, acumuló llegadas y ocasiones para terminar goleando al FC Barcelona B, si bien ninguno de sus jugadores estuvo acertado. Pero no hizo falta, porque los locales no crearon peligro ni cuando recurrieron al corazón desesperado en los últimos minutos. Es lo que tiene la versión perfecta de la filosofía de juego del Deportivo Guadalajara: es tan dominante que incluso permite ver cada vez más cerca el play-off de ascenso cuando todavía no se ha alejado el peligro del descenso. Aunque para eso ya sí que se necesita una verdadera visión a largo plazo.

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