Emoción y remontadas



(Foto: Toru Hanai/Reuters/http://www.rtve.es/deportes/20121013/lorenzo-estoy-muy-feliz-pero-importante-carrera/569880.shtml)

No me malinterpreten, pero lo cierto es que no me entristece la victoria de Sebastian Vettel en el Gran Premio de Corea del Sur de Fórmula Uno. Ya sé que el triunfo del piloto alemán hace perder el liderato del Mundial al asturiano Fernando Alonso y que esa sincera afirmación me puede situar, si se analiza fuera de contexto, como un antiespañol odioso a más no poder, pero mi afirmación tiene muy poco que ver con cualquier frontera. Porque, de hecho, mi vida, mis actuaciones y mis pensamientos, así en general, tienen muy poco que ver con cualquier frontera.

En cualquier caso, explicaré las razones ocultas de esa afirmación para que así ya nadie pueda tacharme de antiespañol o cualquier otra cosa de las que se tachan a todos aquellos que no piensan habitualmente según la corriente de opinión normalizada y generalizada. Para mí el triunfo de Vettel es bueno para el Mundial de Fórmula Uno por dos razones, ligadas indisolublemente a mi concepción de lo que es el deporte: la emoción y las remontadas.

Tras el triunfo de Vettel en Corea del Sur, el Mundial de Fórmula Uno queda con el alemán líder con seis puntos de ventaja sobre Fernando Alonso cuando faltan cuatro pruebas por disputarse: India, Abu Dabi, Estados Unidos y Brasil. Sinceramente, sé que Michael Schumacher es el piloto más laureado de la historia con siete títulos, pero nunca me pidan que le admire. Porque recuerdo el primer lustro del siglo XXI y me pongo enfermo al rememorar título tras título del alemán sin ningún rival que apenas optara a darle algún pequeño susto en el primer puesto del campeonato. Su tiránico reinado fue digno de admirar como deportista, eso puedo hasta creerlo y aceptarlo, pero olvidó dos premisas básicas que me hacen amar el deporte: la emoción y las remontadas. Precisamente, todo lo contrario de lo que puede suceder en la edición de este año, con Vettel y Alonso, en apenas seis puntos, luchando quizá hasta la última curva del último gran premio por el título. Y eso, perdónenme de nuevo por unas nuevas palabras de antiespañol, es mil veces mejor que haber visto un campeonato en el que Alonso (o Vettel) hubiera sacado 50 puntos al segundo.

Precisamente, la situación actual del Mundial de Fórmula Uno me permite hablar de otro Mundial, el de Moto GP, que también llega apretado a su final. A falta de tres pruebas (Malasia, Australia y Valencia), Jorge Lorenzo le saca 28 puntos a Dani Pedrosa, una renta que a priori puede parecer prácticamente insalvable, pero que no es ni mucho menos definitiva. Porque, como dice la gran periodista Nadia Tronchoni, este "es el mejor Dani Pedrosa de todos los tiempos. Lo dicen los números y lo dice su pilotaje". Y os aseguro que si lo dice Tronchoni, que de deporte (y, en este caso concreto, del Mundial de Motociclismo) sabe y mucho, no seré yo la persona que le lleve la contraria.

Lo que sí que puedo decir es que, por méritos y por trayectoria, Dani Pedrosa se va mereciendo ya un título mundial de Moto GP y estoy seguro que lo va a intentar conseguir esta temporada hasta la última curva del último gran premio. Contra Jorge Lorenzo, otro meritorio piloto capaz de luchar hasta la última curva del último gran premio para lograr su segundo entorchado mundial en la categoría reina. Y eso, sean españoles, franceses, italianos, ingleses, alemanes o de la Cochinchina, sí que es deporte. Con emoción y remontadas.

PD: Para terminar de alimentar a los que me tachen de antiespañol, me sincero: mi ídolo de la Fórmula Uno era brasileño (Ayrton Senna) y mis ídolos de motociclismo son un piloto estadounidense (Kevin Schwantz) y otro italiano (Valentino Rossi).

Comentarios

  1. ¡Qué gran artículo, Sergio! Porque sin remontada, la victoria no tiene el mismo sabor.

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