Cuando las canciones importan


(Foto: David Gómez Maestre/http://www.russianred.es/uk/home)

Cantaba Lourdes Hernández González ‘Russian Red’ (Madrid, 1985) en ‘Cigarettes’, la primera canción de su disco debut (‘I love your glasses’, Eureka, 2008), “Getting older’s not been on my plans/But it’s never late, it’s never late enough for me to stay” (“Hacerme mayor no entra en mis planes/Pero nunca es tarde, nunca es demasiado tarde para que me quede”) y, visto en la perspectiva que da el tiempo, quizá esas palabras eran más que una declaración de intenciones. Con apenas 22 años, la cantante madrileña había protagonizado uno de los inicios más prometedores que se recuerdan en la música española, merced a un trabajo pleno de buenas canciones. En temas como ‘They don’t believe’, ‘Nice thick feathers’, ‘Take me home’ o ‘Walls are tired’, su voz, con una espectacular potencia, sonaba preciosa en todas sus acepciones. Al gusto de la rítmica y la melodía. De la melancolía y el optimismo. De la cercanía y el arrebato. De lo clásico y lo contemporáneo. Era música etérea, que susurraba belleza en cada sílaba, a la espera de un futuro más eléctrico.

Su éxito fue inmediato, como no podía ser de otra forma. Al incesante ritmo de la venta del disco (más de 40000 ejemplares) y de conciertos, Russian Red unió su presencia en bandas sonoras de películas y en anuncios publicitarios. La música de la madrileña se escuchaba en todas partes y esa situación, tan alejada del extraño concepto que muchos tienen de modernidad como algo minoritario, no le gustó a algunas personas. “Pero después, querida Russian, tú que apareciste tan fresca, comenzaste a OLER. Pongo la tele y apareces. Pongo la radio, y ahí estás hablando de no sé qué pollas. Voy al videoclub a buscar una peli no indie, y tú de fondo. Abro la nevera y AHÍ ESTÁS ACURRUCADA con esa guitarra que es más grande que tú”, escribió el periodista Quico Alsedo el 19 de marzo del 2009 en su blog de El Mundo ‘Sexo, drogas y rock and blog’. Y añadió: “Porque, ahora que te he escuchado bien PORQUE TÚ TE HAS EMPEÑADO EN QUE ASÍ FUERA, he descubierto que no me gustas en absoluto. Que me pareces la típica escolar repipi que escupe la lección como un lorito amaestrado: un mimético mono de repetición. Que tus letras, escritas además en wachi wachi, son infantiles. Que esas repelentes caritas que pones al cantar me generan unas ganas de potar que ni Leonor Watling”. Cualquier fobia tiene un alto componente subjetivo y poderosas razones no razonadas. A un amigo mío le paso lo mismo con Pancho, el perro del anuncio de la Primitiva.

Tras el fresco folk de su debut, Russian Red regresó en 2011 con su segundo largo ‘Fuerteventura’ (Sony), un disco que se acercaba al pop más bailable con reminiscencias al pasado. La evolución de la cantante madrileña, más madura, seguía dejando canciones sensacionales, que mejoraban exponencialmente a sus inicios, como es el caso de ‘Everyday Everynight’, ‘The Sun The Trees’,  ‘I Hate You But I Love You’ ‘Braver Soldier’ o ‘January 14th’. Pero, en un peligroso bucle temporal, de cara a la opinión pública parecía que no importaba que Russian Red fuera una joven que sabía componer buenas canciones, sino que lo que importaba era que la carrera de la madrileña estaba ligada a la polémica. “A pesar de que el titular de portada del anterior número de Mondo rezaba como “Callando bocas”, no han sido pocos los que se han expresado a voz en grito durante el último mes para mostrar su desacuerdo con el hecho de que Lourdes Hernández ocupara nuestra preciada primera página. Y, no nos engañemos, sabíamos que así sería, ya que a la creadora de “I Love Your Glasses”(Eureka, 08) le persigue la controversia desde que pegara el pelotazo con su debut y rompiera con productor y discográfica”, comenzaba diciendo la prestigiosa revista Mondo Sonoro en la crítica del disco. Aunque proseguía: “Fuerteventura’, un disco que supera las expectativas y que deja casi en anécdota aquel primer trabajo. Mucho más animado y luminoso de lo que “I Hate You But I Love You”, el primer single, pudiera sugerir, el disco bebe de influencias añejas y bastante guatequeras, por lo que las invitaciones al contoneo son frecuentes. Menos folkie y más pop, Russian Red debería, si no callar bocas, al menos abrir unas cuantas orejas gracias a canciones como “The Sun The Trees” o “January 14th”, que gustosamente firmaría Zooey Deschanel para interpretar junto a M. Ward en She & Him”.   
Su encarnada salida del sello Eureka para fichar por la multinacional Sony marcó una carrera controvertida que encontró su máximo auge cuando la madrileña respondió en el año 2011 a un cuestionario de la revista Marie Claire con la frase “Si me tengo que decantar, de derechas” a la pregunta de si era una persona de izquierdas o de derechas. A algunos de sus compañeros de profesión no les gustó nada esa contestación. A algunos medios de comunicación de la derecha mediática les encantó. Y hubo fans de Russian Red que, de repente, por una extraña fuerza ideológica, se dieron cuenta de que la música de la madrileña era una verdadera mierda, al contrario de lo que les llevaban diciendo sus oídos durante tres años y dos discos. “No entiendo por qué a la gente le pueda molestar, pero dice mucho de la clase de sociedad en la que vivimos”, comentó Lourdes Hernández al respecto en el reportaje ‘Pop “cool” y de derechas’, publicado en La Razón. “He recibido mucha agresividad y poco respeto desde que hice está escuetísima declaración, y la conclusión que saco de todo esto es que existe una totalitarización de la opinión pública que poco se acerca a los ideales de una sociedad progresista”, insistió la madrileña en las páginas de EP3. Y culminó: “Me parece evidente la carencia total de contenido político que hay en mi música, no he sido nunca, ni seré, una autora comprometida con ninguna otra causa que no sea la de hacer canciones que vengan estrictamente de un lugar íntimo y verdadero, tan alejado de todo esto”.    

Efectivamente, lo único que debía importar de Russian Red eran sus canciones, que traspasaban fronteras hasta lugares como Japón o Taiwan, pero sin embargo el ruido que rodeaba a la madrileña siguió teniendo poco que ver con un escenario. Por ejemplo, en septiembre del 2012, Lourdes Hernández dejó Twitter. “La manera de combatir la falta de belleza es la extrema delgadez”, escribió en esta red social. Y añadió: “Stop a la anorexia”. Las reacciones de la gente a su primer tuit llenaron su timeline de insultos. “¿Por qué habéis entendido todo lo contrario de lo que estoy diciendo?”, se preguntaba la madrileña en su perfil. Pero era demasiado tarde: la manía que tenemos los españoles de intentar escudriñar cada respiración de la gente que vemos por la calle ya había dictado sentencia. Russian Red era otra vez más el centro de la polémica. Ni siquiera la larga, exhaustiva y exitosa gira de ‘Fuerteventura’ podía compensar una sensación continua de estar siempre siendo juzgada por todas y cada una de esas personas que no te conocen de nada, que apenas tienen una opinión ya formada por algo que un día leyeron, escucharon, vieron o les han contado por ahí. “No ha querido perder Lourdes la pátina de inocencia, pese a las zancadillas y demás vicisitudes. Y hace bien: cada cual es lo que es y no debe renunciar a la honestidad consigo mismo. Aunque a veces duela”, escribió el 28 de diciembre del 2012 el periodista Fernando Neira en ‘Hora de pasar página’, la crónica que hizo en El País del último concierto de la gira de ‘Fuerteventura’, celebrado en la Sala Kapital. Y culminó: “Puede acogotar la nostalgia, pero sabemos que el futuro apunta en otra dirección”.

Los Ángeles, ¿huida o necesidad?

En el caso de Russian Red, el futuro apuntaba a una clara dirección. Los Ángeles. Estados Unidos. Sólo ella puede saber cuánto de huida tenía ese viaje, cuánto de búsqueda tenía su decisión de cruzar el Océano Atlántico para irse a vivir a otro país, pero desde la lejanía del que escribe estas líneas esa decisión suena a la literaria necesidad de encontrarse a sí mismo, de olvidar el ruido y abrazar de nuevo el silencio, la esencia. “Es una necesidad que he tenido toda la vida”, le dijo la madrileña el pasado mes de septiembre del 2013 al periodista Pedro Javaloyes en una entrevista para la revista Rolling Stone. “Me voy encontrando en diferentes periodos de mi vida y todo tiene que ver, no sólo con la gente con la que toco, sino también el momento vital en el que me encuentro y cómo me voy haciendo más mujer”, completó en dicha entrevista, en la que no dudó en referirse a toda la polémica que le ha acompañado en su carrera. “Es tremendo, la verdad es que al principio te da vértigo porque no eres consciente de la repercusión que pueda tener algo que digas o hagas porque tú no le das esa importancia y la gente de tu alrededor tampoco; pero de pronto todo adquiere una dimensión que parece irreal y cada uno pone un valor a las palabras… Al principio es complicado, pero con la distancia y el tiempo aprendes a normalizarlo todo”, razonó la madrileña. “Sé que la gente cada vez tiene más expectativas de mí cuando yo lo que quiero es hacer la música desde un lugar íntimo y más pequeñito”, añadió. Y sentenció: “Lo siguiente será preparar el disco y disfrutar de esta nueva incertidumbre que lo va a hacer todo más eléctrico”.

Olvidados los versos de ‘Cigarettes’, aquellos que hablaban de que hacerse mayor no entraba en sus planes, la Lourdes Hernández que ha vivido en Los Ángeles, camino de los 29 años, parece que ya sí que se ha hecho mayor. Lleva siete años en una industria que hace décadas decidió que no era bueno en términos comerciales que los artistas dijeran en voz alta lo que pensaban en su interior, pero ella sí que ha dicho todo lo que quería. Y ha aprendido, posiblemente a base de hostias. Porque, en realidad, da igual: uno puede caminar todo lo que quiera que al final siempre llegará a ser lo que es. Lo que fue. Lo que siempre ha sido. “Al principio, no controlaba. El miedo venía de allí”, le cuenta Russian Red este mes al periodista Xavi Sancho en una entrevista también para la revista Rolling Stone. “Supongo que es uno de los pocos lados negativos que tiene poder vivir de lo que a una le gusta y además hacerlo con éxito. Todo debe estar compensado en la vida. Al principio te choca y va haciendo mella, aunque no lo sientas. Contribuye a un estrés que no reconoces, pero está ahí. Cuando te vas haciendo mayor pones las cosas en perspectiva y esto es algo que sale”, analiza sobre las opiniones formadas que puede tener la gente de ella. “No me da miedo exponerme, no deberíamos definirnos por lo que nos da miedo, hay que exponerse. Se saca mucho de ello, bueno y malo. Te llevas una bofetada y aprendes”, insiste. “Hay que equivocarse todo lo que haga falta, hasta que consigas llegar a tu propia esencia”, culmina.

Russian Red regresa el día 25 de este mes con ‘Agent Cooper’, su tercer disco. Y su pasado le sigue persiguiendo. “Mi fallo fue no pensar la repercusión que podía tener decir que prefería la derecha a la izquierda”, le cuenta la madrileña a la periodista Marién Kadner en El País Semanal del día 2 de este mes. “Sin ninguna experiencia, lo dije y punto. Desde la total ignorancia, pero aprendí muchísimo de mi país. Una vez, en el metro, una chica me habló de su decepción, por así decirlo. Es un error que ella estuviera decepcionada… ¿Qué pasa en España con el tema de la política? Y ¿por qué levanta aún tantas heridas?”, se pregunta la cantante. “Supongo que en el momento de la entrevista para Marie Claire estaba un poco decepcionada con la idea de progreso en España. Pero tampoco creo en la derecha de este país, y no lo digo porque sea lo que la gente quiere oír. Como cualquier español, estoy muy decepcionada con la clase política, con lo insana que es, adónde nos ha llevado y hacia dónde nos va a llevar... Nunca he hecho apología del Partido Popular, y en la vida lo haría. De ningún partido”, sentencia Russian Red. Sus palabras vuelven a herir los sentimientos de determinadas personas según sea su ideología. “Lo que sí sabemos es que es muy osado declararse de derechas en los medios culturales y artísticos de este país. Y algunos, como esta chica de principios flexibles de Russian Red, no resisten un solo asalto del progresismo”, le contesta la periodista Edurne Uriarte en su blog de ABC. Es una historia cíclica, que nunca encontrará su final, víctima de la idiosincrasia española de lo políticamente correcto. Pero no importa. Porque lo que verdaderamente importa es que la guitarra eléctrica por fin ha desplazado a la acústica en la música de Russian Red. Porque lo único que importa es que ‘Casper’, el adelanto del próximo disco de la madrileña, es una poderosa composición de vibrantes cambios rítmicos. Las canciones, eso es lo único que importa.

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